jueves, 26 de febrero de 2009

CRISIS

El mundo se cae. ¿Se cae?. Yo sigo sentada en la misma silla durante 9 hs los 5 días de la semana hábiles. ¿Hábiles para qué? –tema que me recuerdan para otro post-
Me tomo el subte todas las mañanas, y si bien anda con desperfectos… no me suena a que alguno sea consecuencia de la caída del mundo. Al fin y al cabo yo sigo con los mismos planes que ayer, y que espero seguirán mañana. Mi vida sigue tan rutinaria como siempre.
CRISIS- EL MUNDO SE CAE. Me comenta el taxista, dos empresarios (tipos en traje, digamos) gritando por el centro, una vieja le comenta al verdulero, mi profesor de guitarra me aumenta la cuota, el almacenero de abajo sube los precios y encima nunca tiene monedas para el vuelto. Y así puedo enumerar casos infinitos que dan cuenta de que ¿el mundo se cae?
Lo único que veo que va a caer en cualquier momento, efectivamente, es mi sueldo. Que no sube, no sube, no sube, no sube. Todo aumenta menos mi sueldo. Si ya hicieron reducción de personal, ¿Cómo mierda mi sueldo no sube?
Crisis es la que hay en mi chanchito- Esa es una verdadera crisis existencial.

martes, 24 de febrero de 2009

Las FLORES son para los muertos

Voy a comenzar a partir de un post que encontré por ahí, en un blog de un tal Pablo, en dónde él afirma que un ramo de flores es sinónimo de metida de cuernos.
No voy a refutar lo dicho, simplemente voy a dar mi opinión, contando mi experiencia de (mi corta) vida.
Nunca me regalaron un ramo de flores. No, nunca. Y no viene al caso las flores que me dio mi papá cuando terminé el secundario, ni para mi cumpleaños, ni cuando me hice mujer (cualquiera, me pareció que no tenía lugar, pero igual lo hizo). Ninguna pareja me regaló un ramo de flores, ni una. Tengo que aclarar que nunca tuve un NOVIO, así con todas las letras.
No me estoy quejando, ni reprochando, ni mucho menos. No me hubiese gustado recibir flores de un X. Sólo de dos personas no me hubiese molestado (por no decir encantado) que me agasajen de tal forma. Pero nunca sucedió.
El día que me regalen flores, tiene que ser anunciando un compromiso. Y con esto no me estoy refiriendo al “compromiso”, anillo, previo al casorio, no. Compromiso entre nosotros, con la relación, NOVIOS, quizá….
Creo que lo saben todos. Soy predecible, es fácil conocerme, al menos saber que me disgusta. Y que soy bipolar, fundamentalmente. Si en el primer contacto no te diste cuenta de eso…. Fuiste, vas a terminar mal, o yo. Pero no vamos a entendernos.
Flores = Compromiso. Lo voy a sostener siempre. En ese tipo de cuestiones no tengo deslices, siempre opino igual. Pero soy bipolar. Sabelo desde el hoy, y tenelo en cuenta siempre.

jueves, 19 de febrero de 2009

Derecho de Admisión


Hard Rock Café Bangkok, Tailandia

lunes, 16 de febrero de 2009

FM línea B

El subte a las 9 de la mañana puede ser un infierno (y digo puede ser porque no conozco el infierno, aunque varias veces me pareció haber estado). Todos amontonados, con cara de dormidos, respirando a la misma velocidad y de forma monótona.
Un fastidio generalizado, irritable, inflamable. Una chispa efímera puede hacer estallar todo. BUUUUUUM!!- pero los viajantes, al comprender estas cuestiones, se mantienen al margen de todo y de todos para evitar coaliciones.
El asunto es que a mi, que viajo muy dormida, con los auriculares puestos, escuchando música (casi sin oírla), que no hace falta mucho para sacarme de las casillas (si es que tengo alguna), me ENERVA, ENFERMA, IRRITA, toca mi punto candente, hace que se encienda dentro de mi esa chispa incandescente que me va a hacer explotar, y todos los sinónimos que quieran agregar, cuando se pasa por el tramo que divide la estación Uruguay de Carlos Pellegrini (de la línea B), el conductor anuncia: “Próxima estación: Carlos Pellegrini. Combinación con líneas C, y D”.
¿Por qué esta persona, el conductor de turno, saca lo peor de mí con el anuncio? PORQUE PARECEN LOCUTORES FRUSTRADOS, entonan y modulan de tal forma, que parecen estar dando un examen en el ISER. ¡Por favor! No lo soporto. Encima yo me bajo en Florida, por lo que me queda muy poco tiempo para bajar mi estado de irritabilidad y volver al estado de calma con el que me encuentro a la mañana, y muy difícilmente vuelvo a encontrar en el día.
Es una situación que no puedo manejar. Trato de subir el volumen del mp3 cada vez que me doy cuenta, intento no escuchar esa frase, pero no lo logro. ¡¡Es más fuerte que yo!! Por más de que no quiera prestarle atención, lo escucho. Y eso que a veces cambia el locutor de turno.

lunes, 9 de febrero de 2009

AMOR a la COCA

Si hay algo que no puedo entender ni soportar (claro está), es cómo mierda hace la gente para no encontrar diferencia entre la PEPSI y la COCA-COLA. Ni hablar de la gente que prefiere (erróneamente) una sobre otra….. que no es la que yo, ni la que la gente común prefiere.
Sin entrar en esos detalles de gustos…. No puede ser que no le encuentren diferencia!!!! Es abismal- gracias a dios-. Una tiene un sabor refrescante, el punto justo entre dulzura y amargura. Ese trago que se transforma en el placer del día, es eso que uno espera cuando llega a la casa después de un arduo día laboral. Abrir la heladera, encontrarse con una botella de 1½ lt helado, y tomarla de un saque. Para después hacer como en la publicidad: “haaaaaaaaajjjjjjjjjjjjjjj”.
Que terrible encontrar la botella por la mitad, saber que no tiene gas, que un pelo***o se cagó en los 5 (CINCO!!!!) mangos que gastaste por esa bebida del culo, porque al fin y al cabo es eso, una bebida-.

Pero que bebida!!!!

Pd: Colgados, limados, distraidos; hagan el favor.... si quieren tomar un traguito, compren una botellita de 250, 500, 600 (ya ni recuerdo de cuantos variados tamaños viene). Pero nunca, nunca, NUNCA más vuelvan a abrir una botella de litro para darle un traguito, porque se le va el gas.
Gracias.
Atte, una cocacolera-

domingo, 1 de febrero de 2009

SUPERHÉROE

La sensación de estar volando en el aire deja de ser sensación cuando realmente se hace. Hoy me tiré de paracaídas desde una avioneta a 3000 (si, tres mil) metros de altura. VOLAS, simplemente volás. Son 40 segundos de caída libre dónde realmente perdés la conciencia (si es que alguna vez la tuviste), ves toda la ciudad, el río, los parques, las piletas de las casas, ves todo, y no ves nada. Es una sensación realmente indescriptible. No ténes tiempo de acordarte de tu mamá, ni de tu hermana, ni del vecino, ni de vos. Dejas de ser, no tenés control de tu cuerpo ni de tu alma, pasas a ser parte del todo y de la nada.
De repente se abre el paracaídas. Se suspende tu cuerpo. Se escucha el silencio de una manera nunca antes oída, ni hablar si el demente que te lleva comienza a dar giros. La vista es impresionante, alucinante.

Una experiencia única, inolvidable, 100% recomendable.
Son 3 minutos de irrealidad incomprensible. Y pisas el suelo, tus pies en la tierra nuevamente. Te baja la adrenalina derepente, sin pensarlo. Te despertás, pero con el gusto de saber que no dormiste.

Como los superhéroes.